Julio para Julio

Igual sobra decirte que te quiero como a nadie, que colmas mi memoria, mis sonrisas y mi historia. Que sin ti no duermo y contigo, menos; que eres mi primer pensamiento cuando despierto. Que las millas son más cortas, que se disfrutan las tardes frías y hasta la lluvia que cala los huesos se vuelve brisa con tu mano en la mía.

Quizá no tenga que decirte: si no eres tú, que no sea nadie; que no quiero a otro para compartir mis caricias, mis besos, mi almohada y mis sueños. Que me acostumbré a sentir tu respiración cuando duermes y a verme en tus ojos si me fijo un poco; que me alegro de cuán delgado eres, de tus gustos y disgustos, de tus arranques de manía, de tu ominosa parsimonia, de los sombreritos y la pinta de judío. Que me cuesta acordarme si alguna vez estuve tan contenta con alguien.
Te daría todo lo que tengo, te amaría como sólo tú mereces serlo, apagaría tu cuarto y a la luz de una estrella te mostraría cuánto. Pondría mi vida en un beso y mi alma en un grito ahogado, te leería un fragmento de mi muerte en un susurro apagado; tendrías todo mi ser en tus manos.




Reflexiones sobre el equilibrio karmáticamente responsable del universo

Me pregunto cuándo será el día en que el universo venga a cobrarme el favor, que se readjudique su dichoso equilibrio y me mande un rayo, una bicicleta, una rueca. Porque él mismo me ha enseñado que así no hace las cosas, que si algo es muy bueno para ser cierto, entonces no lo es... o no dura tanto, al menos. Y sin embargo, aquí me tiene, mostrándome que a veces sabe ser buena gente.
Y es que el tiempo contigo son segundos que en horas se apelmasan y al final no sirven para nada; si contigo ni siquiera ver el giro de una mota de polvo es aburrido, si hasta un pinche codazo duele menos si estás ahí para tallarlo.
Si aprendiste a ver el reloj del otro lado, si aguantas mi hipercinesia y charlatanería, si te recortas los bigotes con perfección milimétrica y hasta aguantas mis berrinches de niña consentida.
Así, ¿cómo te creo, bendito universo, que de veras es cierto?



"(...) Así que este es el trato: tu dejas todo como está y yo ya no te pido más cosas(...)"

Tu piel

Mírame, pensando en ti de nuevo, con la mano aferrada a una pluma, como solía hacerlo. Quién me iba a decir que acabaría volviendo a ese asunto tan viejo, tan añejo.

Y de pronto ya no es mi mano la que escribe apresurada, ni es mi boca la que vuelve a repasar las palabras que en un susurro quedito dijimos la noche pasada. Sin darme cuenta, dejé que tu piel me envolviera, que se anclara a la mía y lentamente la reemplazara. Mis ojos ya son los tuyos y no ven sino la misma escena del cuarto acto representada una noche de otoño (¿o de invierno?) con los mismos diálogos desgastados –a lo mejor un poco modificados-.

Me inclino un poco, porque me doy cuenta que me vas ganando, que me llena tu olor, tu voz, tu piel… tu piel… tu piel… y nada queda por hacer. Soy tú, con tu aire afectado y esa voz monótona con el discurso arreglado.

Si un día quise perderme en ti, hoy quiero que salgas de mí, no volver a gastar tinta en ti. Quiero olvidar lo que aprendí de ti porque nunca busqué ser tu aprendiz.

Si algún día pasas por aquí, sólo una cosa debes saber: tu ley del mínimo es fuerzo, sin querer la absorbí.

Black Swan Podcast




Este es un nuevo podcast.
Por cuestiones de copyright no puedo insertar el video aquí, revísenlo en:
http://www.youtube.com/watch?v=a3CchB8gtRg&feature

Sonata para dúo de guitarras en Sol Sostenido Menor

I. Allegro ma non troppo

Un año cuenta lo mismo que trece o meses
un whisky, un café, un diván
tus noches, mis días, tus idioteces
mi oculta banalidad, y el porvenir.

Nada de esto fue un plan, no a sabiendas
no supe, ni tú lo viste venir.
No fue más que un momento el necesario
para parecer dos ancianos en "la naval".

Busca una cinta de acción que te convenza
y prométeme una vez más
que aunque la música te venza,
por una ocasión la veremos hasta el final.

Llena mis días y trae de a poco
de vuelta a mi cuento la felicidad.
No me importa si yerro, si otra vez me desplomo
si despierto de un sueño accidental.



II. Andante espressivo


Andando, el sol va andando
en lento retorno a la oscuridad.
Dile al sol en su marcha
que pierda un paso y así mirar

La luz que ya se esconde
entre los visillos de esta canción,
que se funde en las cortinas
y va apagando la habitación.

Cuando el último eco de sol
se agote en un borbotón,
un carmesi réquiem tierno
que muere lento en un si menor

La guitarra mía pronta
a dejar su voz andar, hará
un silencio de impronta
y a tu primera acallará.

Niño, que las guitarras
con su mutismo quieren hablar
deja que sean mis manos
los nuevos trastes que recorrerás.

Mira, el sol va andando
en lento retorno a la oscuridad
dale al sol las gracias
por el exhorto para amar.

Dale al sol las gracias
por el exhorto para amar...


III. Allegro scherzando


Y la noche cayó,
como caen los cometas
enredados en el fuego
de algún cielo,
con una luna indiscreta.

La luz se convirtió
en el resplandor azul
de un monitor gastado
a fuerza
de sabe Dios cuántas promesas

Y mientras los colores
se mezclan para formar facciones
nos hemos vuelto sin querer quizá
sendas guitarras a dúo en una sonata.

La noche nos atrapó
como dos cometas
enredados en el fuego
arropados
por una luna indiscreta

La música se volvió
un canto incansable
de cinco acordes
reincidentes
jugando a ser la primera defensa.

Y mientras la melodía
en infinitos "loops" se repite
hemos creado nuestra propia partitura
y ahoras somos guitarras en una misma sonata.

Por tus barbas

Te gusta llegar sin avisar, por sorpresa y a mí fingir ignorar lo que viene detrás.
Sos trotamundos versado al andar y a mí mejor me va contemplar. Tu día es un sueño tras el insomnio y la decoración posmo de tu habitación y a mí la luna me enseñó a dormir sin ningún pudor. Te disfrazas de Dalí y mis ropas, ¡de niña porfiriana son al fin!
Por tus barbas me pregunto, cómo fuiste a sacar de tu memoria, la más bizarra entre todas; por tus barbas sonrío a mitad de la calle como la más torpe de las caminantes, ¡Por tus barbas, que querer nunca había sido tan fácil!

ahora te llamarás...

... como esas tardes porteñas con el viento agitando la melena.
Como la canción de Omara, la de la obsesión tan añeja.Como esos recuerdos orientales, que no llevo en la memoria, porque aún no la tenía.
Como ese kanji tan garigoleado en la letra de la canción japonesa puesta por enésima vez antes de darse cuenta que ya la habíamos escuchado con el viento porteño
agitandonos las manos.
Ahora te llamarás Verre, en francés o en inglés, que en español los versos no se me dan bien.

Podcast

Followers

Próximamente

Algunos cuentos en PDF.
Cualquier comentario sobre mi trabajo escríbanlo aquí o al correo lundespejos@hotmail.com